Un capítulo más
para la masacre
La vida de
Fernando Carreras es de esas historias que parecen haber salido de una novela
policial, la cual al no tener un final, atraviesa una secuela con todavía
varios capítulos por recorrer hasta que nos encontremos con el esperado
desenlace.
El 25 de enero
de 2005 Carreras fue perseguido por la policía por más de 25 cuadras, herido e
inconsciente atropello con su auto a varias personas, quietándole la vida a 3,
en lo que hoy llamamos la masacre de Pompella.
En una primera
instancia el tribunal lo condeno a 30
años de prisión, de los cuales cumplió 7 y fue excarcelado por la Corte
Nacional en este año. No tardaron en hacer notar su descontento y tristeza los
familiares de las víctimas que buscan justicia por la muerte de sus seres
queridos.
El pasado 12 de
Agosto esta historia que para Carreras se ha vuelto una pesadilla tuvo un giro
inesperado. La Sala III de la Cámara de Casación Penal compuesta por los jueces
Mariano Borinsky, Liliana Catucci y Ana María Figueroa, condenaron al imputado a que cumpla con otros 15 años de
prisión por “tres homicidios culposos agravados por haber
sido ocasionados por la conducción imprudente de un vehículo automotor, la cantidad de víctimas, lesiones culposas,
portación ilegítima de arma de guerra y robo con armas” así declararon fuentes
del tribunal federal de Retiro.
Los jueces también
marcaron que la reconstrucción del recorrido desde el lugar del robo hasta
donde ocurrió la denominada "masacre" coincide con el tiempo usado
por el vehículo que conducía Carrera para llegar al lugar y también pusieron en
duda que, ya herido de bala por la Policía, haya perdido la conciencia.
Los abogados
defensores de Carrera, Federico Ravina y
Rocío Rodríguez, más el cineasta y autor de la película El rati horror show que
relata esta masacre, Enrique Piñeyro, se mostraron indignados ya que ellos
consideran que el imputado no es más que un “perejil” en una causa armada por
la policía y llena de irregularidades.
Recordemos que
Carreras fue abordado por personas de civil y al pensar que iba a ser víctima
de un robo emprendió la huida en su Peugeot 205 blanco por la AV Sáez en
contramano, ahí fue nuevamente interceptado por mas individuos de civil que
comenzaron a dispararle, hasta proporcionarle una cantidad de heridas de las
cuales hoy todavía sorprende que siga con vida. Posteriormente el auto
atropello a varias personas que estaban en el lugar, quitándole la vida a Gabriela
Silva (31), madre de Gastón Gabriel Di
Lollio (6) y Edith Custodio (41).
Carrera no tenía
antecedentes penales, vendía artículos
de gomería, tiene una familia constituida y tres hijos que lo siguen
acompañando. El auto que manejaba al momento del hecho estaba registrado a su
nombre. Quedó procesado y luego fue condenado a 30 años porque los policías de
la comisaría 34 afirmaron que quiso robar, con un cómplice que nunca apareció,
y que tenía una Taurus 9 milímetros con la que habría disparado varias veces,
aunque las pericias no demostraron que lo hubiera hecho.
“Muchas razones
nos hacen pensar en que esta fue una causa armada por la policía”, declaro la
defensa que va a pedir a la Corte Suprema que se revea el fallo. Ansiosos esperamos el final de esta historia, llena de
incógnitas y con una sola certeza, el final no va a ser feliz.
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